Participación de la familia en la escuela inclusiva.

La interacción familia-escuela es un eje primordial para cimentar una base sólida y adecuada de la educación de los más pequeños, y si encima nos referimos a familias que pueden tener hijos con alguna necesidad específica, pues más hincapié aun deberemos hacer en tener comunicaciones certeras y continuas con los familiares.

En esta entrada nos queremos centrar en las actitudes por parte del profesorado que pueden facilitar la comunicación con las familias y que, por tanto, sería recomendable que tuvieras presente a la hora de desarrollar cualquier actividad con ellas.

A continuación, expondremos algunas recomendaciones para los profesores que pueden favorecer la relación con las familias y que se pueden hacer extensivas a la hora de trabajar con aquellas que tienen o no hijos con cualquier dificultad.

·         Somos expertos de un mismo equipo. Los profesores y los padres son expertos en sus propios ámbitos, de forma que si ambas partes se escuchan y hay un tiempo bien planificado para ello, el provecho mutuo puede ser enorme.
·         El docente debe saber escuchar de forma activa a la familia. Los padres deben sentirse escuchados, saber que tienen un espacio y un tiempo para poder expresar sus ideas, sus pensamientos, sus temores, sus expectativas, etc. El profesional debe ser sensible y receptivo.
·         El profesor debe estar convencido de que el cambio es posible (eso no quiere decir que no haya que ser realistas)

·         El profesor debe intentar comprender a la familia. Cada sistema familiar es único, por lo que debemos ser sensibles a las circunstancias de cada uno.

·         Reconocer que los padres tienen capacidades y virtudes. Los padres deben sentirse reconocidos y valorados por sí mismos. Las familias tienen recursos y fortalezas. Cuando los padres se sienten valorados con frecuencia ponen en marcha estrategias que ni ellos mismos sabían que tenían.
·         No entrar en confrontación directa con los padres. No perder el tiempo buscando «culpables», y emplearlo en buscar soluciones.

·         Analizar, en caso de encontrar resistencia al cambio o a la colaboracióncuáles son las causas que lo provocan y, si éstas radican en la familia, en el docente o en ambos, intentando modificar los aspectos relacionados con su propia actuación. 

·         Manifestar a los padres la necesidad, en ocasiones, de un tiempo para pensar y reflexionar sobre algunos aspectos que pueden haber salido en la conversación mantenida.

·         Clarificarse lo más posible las responsabilidades de cada uno.

·         El docente debe transmitir la idea de que es necesario dar tiempo al cambio, que varía en función de múltiples factores y de las acciones de todos los implicados.

En resumen, sean honestos, escuchen, reconozcan cuando no sepan, reconozcan los esfuerzos de las familias, soliciten apoyo, infórmense, en definitiva, estas serán las claves básicas y sencillas para ser grandes profesionales de la educación y que, además, las familias lo lleguen a percibir en su totalidad. 
Cagigal, V. (2005). Trabajar con familias en el contexto escolar. En V. Cagigal (Comp.), Construyendo puentes (pp. 9-24). Madrid: PPC.

Comentarios